Aspectos a tener en cuenta: resolución, tamaño, tiempo de respuesta, frecuencia de refresco, calidad de imagen, contraste y tecnología de conectividad.

El siglo de oro de la innovación tecnológica se caracteriza por la aparición de multitud de trabajos especializados, así como la presencia de más usuarios en la red. Hecho incuestionable que ha modificado las demandas de los consumidores de dispositivos tecnológicos de forma progresiva. Ahora ya no se prioriza tanto el atractivo y la portabilidad, sino que se requiere de herramientas más potentes, capaces de suplir con todas las características mecánicas de aplicaciones concretas de edición o programación, entre muchas otras (las opciones son infinitas). Esto, unido al boom gaming, hacen que la industria de la electrónica tome un rumbo completamente diferente. 

A día de hoy los portátiles se han quedado relegados al segundo puesto, sólo superados por los ordenadores de sobremesa, con equipos mucho más capaces. No obstante, no es nada fácil hacerse con uno que cumpla todos nuestros requisitos, sobre todo porque hay que comprar las partes por separado. Pero no te apures, ¡Para eso estamos nosotros! 

Una de las piezas clave a la hora de escoger el pc perfecto es el monitor, ya que, aunque tengamos una torre carísima con luces parpadeantes, no significará nada si nuestra pantalla no es capaz de procesar los datos con la misma agilidad.

 Vamos a hacer un pequeño resumen de los parámetros a tener en cuenta para no equivocarnos con nuestra pantalla nueva:

Tipo de pantalla:

– LCD (Cristal líquido): pantallas delgadas y livianas, cuyas ventajas están asociadas a las grandes dimensiones y su bajo consumo. Aunque no ofrece un negro absoluto, lo que repercute significativamente en la calidad de imagen, provocando retrasos y limitando las posibilidades. Dicho lo cual, es la opción más económica. 

– LED (Diodos de emisiones de luz): reducido consumo de energía al tiempo que lo compagina con una larga vida útil, rápida frecuencia de conmutación, y calidad y nitidez de imagen muy altas gracias a su negro absoluto. Además, también cuenta con un ángulo de visión mucho mayor. La principal desventaja es su gran diferencia económica con la anterior. 

En esta parte debemos incluir también que en estos años de innovación y desarrollo tecnológicos se han podido implementar diodos en paneles LCD, para poder utilizar la retroiluminación LED. Asimismo, esta fusión es de lo más sofisticada ya que permite una sorprendente eficiencia energética junto a la extensión de su vida útil, convirtiéndose en la opción más querida por los usuarios.

Panel:

Si lo que estás buscando es algo económico lo más lógico es que partamos de la tecnología de paneles TN. Pesa muy poco y es capaz de reproducir imágenes claras y sin retrasos, con una alta tasa de refresco y buena fluidez de movimientos, que, sumado al poco tiempo de respuesta que precisa, es ideal para uso gaming (de hecho, es la mejor opción para los jugadores profesionales de eSports). No obstante, el ángulo de visión está muy limitado y los colores se representan con demasiada saturación, razón por la cual no son recomendables para el diseño gráfico.

Como respuesta a las limitaciones anteriores aparecen los paneles IPS, con un ángulo de visión más amplio y una distorsión de color mínima, pero de mayor coste, además de un tiempo de respuesta más lento. Estos son los mejores para los profesionales del diseño y una opción viable para gamers en caso de que se quiera disfrutar de unos magníficos gráficos y no importe la espera. 

Y en la posición intermedia se encuentra la fusión de características de estas dos: los paneles VA. Constan de una frecuencia de actualización de hasta 144 Hz, lo que no está nada mal, mejora la reproducción de colores y los ángulos de visión, así como una iluminación mucho más avanzada. No obstante, siguen sin ser demasiado rápidos y hay desenfoque de movimiento. No son los mejores ni para dedicarse al diseño gráfico ni para jugar, pero van a ofrecer una buena experiencia en ambos puestos. 

El panel PLS básicamente reúne las mismas características que los paneles IPS. 

Subiendo un poco de categoría están los paneles IGZO, que consumen poca energía y la representación de los colores es muy fiel, con una reproducción de los niveles RGB casi al 99%, Además de tener una respuesta muy rápida. Esta es una opción de lo más ambiciosa, pero también bastante cara. 

Tecnología WLED

Y, finalmente, la tecnología WLED, con imágenes muy precisas, y mayor calidad de brillo y contraste, todo gracias al blanco puro que proporciona la retroiluminación. Por supuesto, el precio también asciende. A partir de aquí hay tecnologías más innovadoras, como las pantallas AMOLED, que son demasiado caras para los ordenadores, aunque ya hay empresas que las están implementando. Su mayor característica es la ausencia de luz y el negro más real del mercado, lo que hacen que los colores sean totalmente acertados. 

Pero aquí no acaba todo. Lo más sencillo para poder discutir sobre las características de un aparato electrónico es acceder a los parámetros comerciales más estandarizados, que ya están incluidos en la tecnología del panel, pero siempre aparecen dispuestos para que los usuarios puedan meditar sin tantos crípticos. Estos son: La resolución; el tamaño; frecuencia; tiempo de respuesta; frecuencia de refresco; calidad de imagen; contraste; tecnología de conectividad.

Los consumidores finalmente escogerán el producto en base al destino del aparato, lo que quiere decir que vas a invertir más o menos dinero teniendo en cuenta la finalidad. Si el usuario está interesado en comprar un monitor para uso exclusivo en ofimática va a querer gastarse poco o nada de dinero en unas características que no va a utilizar. En este sentido, no suelen tener relevancia ni el tiempo de respuesta ni la frecuencia de refresco, en cambio, el tamaño y la resolución si son criterios de peso. 

Lo razonable sería partir de unas 24 pulgadas con resolución Full HD, que es lo más económico y básico, aunque podría ser mucho más comedido una dimensión de 27 pulgadas y resolución QHD. En caso de que también se quiera utilizar para ver películas, el monitor VA es una buena idea en compensación con el precio y la calidad. 

Pero lo ideal es que las características del monitor estén alineadas con las del resto de componentes, sobre todo para uso gamer, donde la tarjeta gráfica tiene la palabra en todo momento. Es aquí cuando aparece otra métrica muy importante, la sincronización de la GPU y el monitor. Una de las más famosas a día de hoy es la G-Synic de NVIDIA, capaz de acabar con los fallos a la hora de la renderización de imágenes. 

Otra de las medidas que deberíamos clarificar antes de dejaros solos ante el peligro es la del nivel de refresco. Esto es, en líneas generales, el número de imágenes que la pantalla muestra a cada segundo, también llamados frames. Se considera que los 60 Hz son la capacidad mínima para poder disfrutar de la imagen proyectada, no obstante, si investigamos un poco los modelos de pc podemos advertir que cuanto más cara y más prestaciones tiene la pantalla, más baja es esta cifra. Esto es comprensible debido a que a medida que aumenta la resolución, se reducirá la frecuencia de refresco. Dependerá de tus preferencias que destaquen unos niveles u otros. Dicho queda que, además, estos se podrán cambiar después. 

Dicho lo cual, ¿Eres gamer? ¿programador? ¿editor? ¿oficinista? Dependiendo del rol que vaya a asumir el pc y el dinero que queramos invertir, vamos a enfocarnos en unas medidas u otras. 

La conclusión primordial es que hoy en día se puede obtener una máquina muy capaz por precios de lo más asequibles gracias a grandes cadenas que aglutinan los precios más competitivos y los modelos más estandarizados.